MALALA
“Erase una vez una niña que nació en Mingora, un pueblecito de Pakistán. La pequeña, junto a sus dos hermanos, quería ir al colegio. Pero ella, al estar prohibido el colegio para las niñas, por quienes allí mandaban, no podía asistir.
Cuando ya supo leer y escribir lo suficientemente bien, con solo trece años, empezó a escribir y defender a las mujeres de su tierra, a pedir su derecho a la educación y explicando a quienes quisieran leer, su vida y como habían logrado cerrar los colegios para que las niñas no pudieran asistir a ellas.
Poco a poco, Malala fue cada vez más conocida en su tierra, Pakistán, y su fama como defensora de la educación de las niñas, traspasó las fronteras de su país.
Quienes allí mandaban, la consideraban ya como una enemiga, pues cada vez eran más las personas que pensaban como ella, que la educación debía ser libre e igual tanto para los niños como para las niñas y en uno de los recorridos del colegio a su casa, al que asistía a pesar de las amenazas, unas personas enviadas por quienes gobernaban su territorio, intentaron matarla al bajar del autobús disparando sobre ella.
La gente que allí vivía, sobresaltada ante lo que habían hecho con la pobre niña, salió a la calle a protestar y condenar a quienes habían intentado acabar con la vida de la niña, que tan solo quería estudiar.
Por suerte, Malala sobrevivió y, tras ser operada y trasladada a un hospital de Inglaterra, la pequeña volvió al colegio.
Desde entonces, la pequeña Malala ha seguido luchando porque se cumplan los derechos de los niños y, sobre todo, que niñas como ella tanto en su país como en todo el mundo, reciban su educación y puedan estudiar sin miedo a que les ocurra nada malo.
Ahora, aparte de seguir con sus estudios de secundaria, la joven Malala es defensora del Derecho Universal de las niñas a la educación y ha ganado con ello ser hoy en día la primera niña que ha ganado el Premio Nobel de la Paz con tan solo 17 años.
Seguro que después de recibir este premio, estará aun más animada a seguir luchando por los derechos de los niños, nuestros derechos”
Su madre y su hermana le felicitan por su trabajo y le preguntan a Adrian que si le ha puesto nombre a su cuento.
- Si, mamá… El cuento se llama “Malala, una luchadora de Nobel” –le contesta orgulloso por su trabajo. – ¿crees que les gustará?
- Eso, cariño, ya me lo dirás tu. – le responde su madre con una sonrisa.
Cuento infantil por Rosi Requena
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