"DEL REVÉS"
“Del revés” nos enseña el maravilloso, complejo y a veces loco mundo de las emociones. Las protagonistas de esta divertida historia son Riley, una niña de 11 años, y las cinco emociones que están “al mando” de sus decisiones y experiencias durante la difícil transición de la infancia a la adolescencia, agravada por el cambio de ciudad que realiza junto a sus padres.
ALEGRÍA
La misión de Alegría siempre ha sido simple, asegurarse de que Riley sea feliz. Ella es graciosa, optimista y busca el lado divertido en todo momento y en todas las situaciones posibles. Así que para Alegría, los retos a los que se enfrenta Riley son también oportunidades, y los momentos que son menos felices son representan la espera de algo mucho mejor, y mientras Riley sea feliz, Alegría también lo será.
MIEDO
Su tarea es la más importante, Miedo debe de proteger a Riley y mantenerla a salvo, con lo que está en todo momento analizando los posibles desastres, pasándose la mayor parte del tiempo calculando los riesgos y los peligros que entraña el día a día de Riley. Puede que para Miedo, casi todo lo que envuelve a Riley es peligroso e incluso algo fatal.
IRA
A Ira le obsesiona de que la vida trate bien a Riley, es un espíritu muy apasionado y tiende a explotar (literalmente) si las cosas no salen como estaban planeadas. Puede que sus reacciones sean muy exageradas y no suele tener mucha paciencia con los contratiempos que plantea la vida.
ASCO
Asco es muy terca, tremendamente sincera e impide que Riley se intoxique, tanto física como socialmente. Se dedica a analiza a la gente, sitios y cosas con las que Riley entra en contacto, ya sea la cena o incluso las nuevas tendencias de la moda. Asco tiene una noble intención y se niega a bajar el listón de sus exigencias.
TRISTEZA
Una de las emociones más infravaloradas por el resto, tanto de que el resto de Emociones no comprenden cuál es su papel. A Tristeza le gustaría ser un poco más optimista e incluso poder ayudar a Riley a ser más feliz, pero le resulta imposible ser positiva, así que a veces, lo mejor es tirarse al suelo y llorar hasta hartarse.
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